El sedentarismo se convirtió en uno de los grandes males de nuestra época. Pasamos horas frente a una pantalla, manejando, sentados en reuniones o revisando el celular sin darnos cuenta de cuánto tiempo permanecemos inmóviles. Aunque muchas personas saben que deberían moverse más, pocas logran sostener el hábito. La buena noticia es que dejar el sedentarismo no implica transformarse de un día para el otro en atleta: se trata de incorporar movimiento de forma gradual, natural y amable con el cuerpo.